domingo, 11 de junio de 2017

LAS CONSULTAS EXTERNAS EN ATENCIÓN ESPECIALIZADA: UNA GESTION EFICIENTE

El principal objetivo de la asistencia sanitaria pública es proporcionar al ciudadano los servicios que mejor preserven o restauren su estado de salud, todo ello en el nivel asistencial adecuado y de la manera más eficiente posible. En los últimos tiempos, estamos asistiendo a profundos cambios en el desarrollo de la atención sanitaria en general y hospitalaria en particular. En el ámbito de la Atención Especializada, la necesidad de hacer una medicina eficiente y de calidad, se contrapone a una alta proporción de ingresos, estancias inadecuadas y abultadas lista de espera. Esto se combina –y se retroalimenta- con unas consultas externas masificadas, que limitan, retardan –y en ocasiones impiden- el acceso del ciudadano a la Atención Especializada haciéndola por tanto, ineficiente.
La consulta externa, aunque no es una actividad vinculada explícitamente al concepto mismo de hospital, constituye una prestación muy arraigada en el ámbito de la Atención Especializada y va a determinar en gran medida, la calidad y eficacia de misma. Y esto es así por varias razones:

- Las formas habituales de acceso al hospital son el área de urgencias y, precisamente, la consulta externa. Un problema relevante, dentro del sistema sanitario público, es el elevado número de pacientes que demandan atención especializada.
- La consulta externa, además, permite el acceso a la tecnología propia del hospital sin necesidad de recurrir al ingreso.
- También, en su gran mayoría, las consultas externas de Atención Especializada basan gran parte de su actividad en la revisión de pacientes ya ingresados previamente –en el caso concreto de la Cirugía Digestiva, muchos de ellos con patología oncológica-. De hecho, más del 60% del total de consultas externas en Atención Especializada se dedican a la revisión de pacientes.
- Suponen también la atención de determinados procesos, en ocasiones poco prevalentes, pero que van a requerir una alta especialización.
- Pero es que además, la consulta externa puede erigirse en una verdadera alternativa a la hospitalización, ya sea de forma total –consulta externa, en lugar de ingreso hospitalario- o parcial, al disminuir la estancia hospitalaria, por medio de consultas antes o después de la hospitalización. No obstante, hemos de tener en cuenta que la tendencia a la atención ambulatoria de los procesos en detrimento de la hospitalización conlleva también un aumento de la actividad en consultas.
- Además, en las consultas ambulatorias de segundo nivel (las de los tradicionales Centros Periféricos de Especialidades) se atiende a pacientes que aquejan procesos asistenciales frecuentes que, con tasas de derivación variables, acaban en las consultas externas hospitalarias.

Este gran volumen asistencial, desborda la capacidad de gestión de citas en consulta externa de la mayoría de los servicios hospitalarios, lo que se traduce en tiempos excesivamente prolongados tanto por lo que se refiere a los procedimientos diagnósticos, incluyendo las pruebas complementarias solicitadas tras la valoración clínica del paciente, como terapéuticos, retrasándolos, en muchas ocasiones, de forma poco adecuada.

Una respuesta ineficaz a la demanda asistencial generada o modulada por las consultas externas en Atención Especializada, además de alterar sensiblemente el principio de equidad en el acceso de prestaciones que inspira nuestro sistema sanitario, va a suponer retrasos en la atención clínica o en la comunicación de un diagnóstico, siendo una de las principales causas de insatisfacción para los ciudadanos y afectando también, de forma muy negativa a los profesionales sanitarios. Ambos, ciudadanos y profesionales, serían beneficiados por una gestión eficiente u optimizada de las consultas externas.

Frente a este panorama, existe por tanto, la necesidad de desarrollar un programa de gestión de lista de espera para consultas especializadas que permita optimizar este fenómeno.

La gestión eficiente de las consultas de atención especializada ha sido objeto, en nuestro país, de algunas experiencias innovadoras. Así, a finales de la década de los ochenta, algunos autores propusieron una consulta de medicina interna que actuase como filtro a las derivaciones procedentes de Atención Primaria, consiguiendo la resolución, en la primera visita, de más del 40% de los problemas clínicos remitidos.

También se han realizado experiencias de comunicación inter-niveles (atención primaria - atención especializada) tratando aumentar el flujo de conocimiento entre ambos, intentando obtener así una relación profesional más directa y a la vez, una solución más rápida. Todo ello redundaría en una mayor flexibilización y permeabilización del sistema y un mejor aprovechamiento de los recursos.

Ya en el presente siglo, algunos autores propugnaron un sistema de consultas de “alta resolución” o consultas de acto único en el que los pacientes son objeto en el mismo día, de valoración clínica en consultas, realización de las pruebas complementarias necesarias y revisión y valoración del resultado de las mismas.

Parar finalizar, un aspecto importante, a tener en cuenta y con gran proyección de futuro, es la utilización de los medios de comunicación y telemáticos, cada vez más desarrollados (videoconferencia, mensajes instantáneos, correo electrónico…) para resolver problemas, cuestiones o inquietudes clínicas de los pacientes, sin necesidad de acudir a consultas.




2 comentarios:

  1. El problema, la alta demanda a Consultas Externas, está ahí. La solución no es fácil y quizás tengan que plantearse soluciones que tengan un poco de todo lo que has dicho en los últimos párrafos.
    Estaría bien tener un buen filtro de entrado, creo que este debe ejercerlo el médico de Atención Primaria (AP), sin que tenga que hacerlo el internista, como se planteó a principios de los 80, pero para ello debe tener claros los criterios de derivación, criterios que tienen muchas lagunas y generan dudas frecuentemente entre los profesionales de los distintos niveles.
    Una vez derivado, la gestión actual tendente a la Alta Resolución y al Acto Único es muy positiva aumentando en un alto grado la satisfacción de los pacientes, sobretodo en aquellos que viven en zonas rurales aisladas por los desplazamientos que se ahorran hasta el Hospital.
    Y si nos basamos en esto último, hay que aprovechar las nuevas tecnologías, el desarrollo de internet y, porque no, plantearse atención on-line (correo electrónico, video conferencia...) algo que los ciudadanos ven como algo muy positivo, sobretodo los más jóvenes.

    En conclusión, hay que fomentar la comunicación entre los profesionales de los distintos niveles asistenciales aprovechando las nuevas tecnología, que se establezcan criterios claros de derivación, que los Procesos Asistenciales queden claros y los aplique todo el mundo sin que queden en un libro o colgados en la red. Al mismo tiempo hay que aprovechar el cambio de perfil que está sufriendo el paciente, de más pasivo a más activo, y darle participación a través de la nuevas tecnologías.
    Muy acertado lo que escribes.

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  2. Muy ameno e interesante el post compañero Ángel, querría hacer una indicación en el punto en el que mencionas la necesidad de desarrollar un programa de gestión de lista de espera (en adelante LE) para consultas especializadas que permita optimizar este fenómeno. Si se llegara a implantar dicho programa, habría que intentar no caer en los errores que se cometen en la gestión de LE, sería adecuado aplicar una estrategia de actuación frente a las LE, como, por ejemplo, la mejora en la gestión administrativa de los tiempos de demora.
    Diversos estudios publicados señalan que la realización de depuraciones administrativas de la LE demuestra que se encuentran en lista de espera pacientes ya intervenidos, pacientes que ya no desean operarse o incluso personas ya fallecidas.
    Son, pues, importantes las depuraciones administrativas frecuentes, las llamadas de confirmación de la cita y las auditorías de las listas para comprobar que persiste la indicación. Estas actuaciones, además de tener un efecto real sobre la reducción de las LE, contribuyen a tener una información veraz sobre los pacientes que realmente esperan a ser llamados. Además, a más tiempo de espera más eficaces se revelan estas medidas. Existen experiencias que muestran la eficacia de la introducción de mejoras en la gestión de la lista.
    La aplicación de herramientas de mejora en la gestión administrativa de la LE es un elemento a considerar en las estrategias de abordaje dirigidas a disminuir la demanda.
    Todo lo anterior, claro está, unido a otras estrategias que habría que estudiar para que, efectivamente, llegara a buen puerto el programa de gestión de LE para consultas especializadas que se propone.

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