lunes, 12 de junio de 2017

La in-Visibilidad de nuestro día a día

Desde hace ya tiempo, ronda por mi cabeza qué está en mi mano para mejorar la gestión asistencial y al mismo tiempo posicionar a mi colectivo, el de la enfermería, donde se merece. Ya que la experiencia bloguera llega a su fin (al menos la parte obligatoriamente académica) me gustaría poner mi granito de arena en esta “lucha” por la in-Visibilidad.

Si miramos hacia atrás, la enfermera ha pasado de ser Practicante, a Ayudante Técnico Sanitario (ATS), a Diplomado Universitario de Enfermería y a Grado en Enfermería. Cada paso con una mayor formación y profesionalización pero con ausencia de reconocimiento y un desconocimiento social.

Recuerdo en uno de mis primeros trabajos de Enfermera de Empresa, cuando la administrativo que trabajaba en mi equipo me pregunta: - ¿y tú que estudiaste?- y yo muy orgullosa le digo: -¡Enfermería!- Cuál fue mi asombro que me pregunta: -¿pero eso se estudia?¿es carrera universitaria?- “Ojiplática” es poco...Pues sí, fue la primera bofetada de realidad. La enfermería es desconocida por la sociedad en general. Siempre a la sombra de los médicos, a no ser que hayas pasado por un hospital con un proceso más o menos largo, tú o un familiar muy allegado. Entonces sí sabes de lo que hablo, ¡¡sabes qué es la enfermería!!

Gracias a Dios esto va cambiando poco a poco. Pero aún nos queda mucho, muchísimo. Nosotros como colectivo somos nuestros peores enemigos. Sin ir más lejos, hace un par de semanas en el Congreso Nacional de Enfermería en Cirugía (Seecir), hablábamos sobre el tema. Todos coincidíamos en lo mismo: “el problema es nuestro” No asumimos nuestras propias capacidades, nos escondemos, nos asustamos, nos falta seguridad. No es cuestión de una “mano negra” que nos empuja hacia las profundidades, ese “fantasma” que no existe- como decía José Luis Gutiérrez Sequera en su exposición sobre “El Camaleón que Quiso Ser Visible” hablando de la visualización de enfermería en la sociedad. Somos nosotros mismos los que debemos tomar conciencia de lo que somos, lo que aportamos y darnos valor.

Algo que saqué en claro en este mismo congreso -he de decir que muy enriquecedor en muchos aspectos- es que vamos por buen camino. Desde la publicación de las especialidades de enfermería, la acreditación de competencias avanzadas (en camino), la enfermería de prácticas avanzadas...todo junto nos va generando una legitimidad, y porqué no, autoconfianza que nos habilita a “estar” presentes allí donde debemos estar para ser escuchados.

Seremos realmente visibles desde el liderazgo clínico, liderando los cuidados. Nuestra visibilidad vendrá por el reconocimiento interno, haciendo lo que mejor sabemos hacer: Cuidar. Esto queda patente cuando alguien famoso padece una enfermedad con alta necesidad de cuidados, donde la enfermería sí es realmente visible. Casos como los de Pau Donés con su “Carta de Pau Donés a la enfemería” o el artículo de Carles Capdevila “Cada Noche es el día mundial de la enfermería”, hacen esa labor de publicidad que nos hace un poquito menos in-Visibles en la sociedad. ¡¡¡Ese es el camino!!! Ya sólo queda creérnoslo.

La enfermería tiene mucho que decir. Somos parte imprescindible de un equipo que queda cojo sin nuestro trabajo, siempre en pro del paciente. Debemos ser los primeros en asumirlo y ejercer ese lugar dentro del equipo, de igual a igual como cualquier otro colega que aporta de su campo. Es nuestro deber como enfermeros, aportar lo máximo de cada uno de nosotros porque el paciente se lo merece, y es nuestro leitmotiv. Como colectivo estamos obligados.

Hay una frase de Alejandro Magno que a mi parecer lo resume muy bien: Recuerda que de la conducta de cada uno depende el destino de todos” Y aquí va mi granito de arena...



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