lunes, 15 de mayo de 2017

Rápido, toma una decisión!!!



Cada uno de los pasos que damos en nuestra vida se produce por un proceso de toma de decisiones. No hay actividad, acción o situación que no suponga o nos someta a un proceso de toma de decisiones. A poco que pensemos, nos daremos cuenta de que esto es así, decidimos como hacer o como no hacer, por donde ir, qué comer y qué no, qué leer, qué escribir… etc. Si bien, nos surgen dudas (en ciertos momentos “miedos”) de si  habrá sido muy rápida mi toma de decisión y ello conlleve un mayor porcentaje de error.

Os paso un artículo muy interesante escrito por José de la Maza, profesor de Modelos para la Toma de Decisiones (ESIC Málaga) que comienza con con unas bonitas palabras del Papa Francisco I:

[…] Yo desconfío de las decisiones tomadas improvisadamente. Desconfío de mi primera decisión, es decir, de lo primero que se me ocurre hacer cuando debo tomar una decisión. Suele ser un error. Hay que esperar, valorar internamente, tomarse el tiempo necesario. […]". Papa Francisco I.

"En este siglo XXI de la velocidad, la transparencia y el conocimiento inmediato, tomar buenas decisiones sigue siendo una capacidad clave para cualquier profesional. Todos conocemos ejemplos de profesionales que toman buenas decisiones de forma habitual, aunque eso no les exima de cometer errores como cualquier ser humano. También podemos pensar con toda seguridad en profesionales que deciden rápido, de forma casi automática, como norma habitual.

En los últimos años se ha profundizado enormemente en el conocimiento de la actividad cerebral y se han desarrollado “nuevas ciencias”, como el neuromanagement (consiste en aplicar la neurociencia a la gestión empresarial, estudiando todos los procesos neurofisiológicos que intervienen en la toma de decisiones + info :http://www.institutoneuroart.org/events/seminario-neuromanagement/) y la economía conductual o del comportamiento, con una gran difusión gracias a libros que se han convertido en auténticos superventas.

Así, según nos explica el primer Nobel en Economía no economista, Daniel Kahneman, existen en nuestro cerebro dos sistemas interdependientes para organizar el conocimiento a los que llama “sistema 1″ y “sistema 2″. El sistema 1 es rápido y lo utilizamos para reconocer rostros, imágenes o frases. Las decisiones con base al sistema 1 son intuitivas. El sistema 2 es el proceso racional y voluntario de ‘darle vueltas a un tema’, analizar sus pros y contras y tomar una decisión en base al análisis más o menos crítico de hechos y evidencias. Pero el sistema 2 es lento y más vago que el sistema 1, que es el sistema por defecto, ya que nuestro cerebro está organizado para economizar pensamientos. Cuesta, por tanto, activarlo, y hacerlo funcionar de forma efectiva requiere tiempo y voluntad.

Por tanto, hoy sabemos que la decisión rápida es intuitiva y está a cargo principalmente del sistema 1. Esto no quiere decir que debamos aplicar el proceso racional, lento y elaborado, de toma de decisiones a todas las decisiones que afrontamos. Cada vez es más importante separar las decisiones en aquellas sistemáticas, con mucha información y recurrentes, que podemos dejar a nuestro sistema 1 resolver fácilmente y aquellas que precisan más reflexión y, por ende, tiempo. Igualmente, será útil conocer nuestro perfil decisor: ¿somos personas reflexivas y nos cuesta tomar decisiones inmediatas o, al contrario, y lo que nos cuesta es pararnos y analizar alternativas en profundidad?

Dar más valor al tiempo en nuestros procesos de toma de decisiones nos permitirá hacer trabajar al sistema 2. El clásico ‘consultar con la almohada’ nos permite tener claridad mental para tomar la mejor decisión, ya que está comprobado que nuestra actividad cerebral continúa durante la noche, así como el papel clave del sueño y el descanso para rendir profesionalmente. Responder excesivamente rápido a cualquier cuestión nos convierte en seres reactivos, y difícilmente añadiremos todos los factores relevantes a la decisión que, sin duda, surgirán con algo de tiempo, reflexión y claridad mental.


Con tantas decisiones que tomar en nuestro día a día aprender a priorizarlas y tomarlas de forma efectiva es clave para el éxito profesional, pero también puede serlo para nuestra felicidad personal."

Espero que no solo os haya gustado, sino que dichas instrucciones seáis capaces de aplicarlas en la difícil tarea de la toma de decisiones.

1 comentario:

  1. El clásico "El arte de la Guerra" de Sun Tzu, libro de estrategia con muchos puntos aplicables a la gestión, habla sobre la rapidez como factor esencial a la hora de tomar decisiones y adelantarte a tus adversarios

    ResponderEliminar