Acabamos de conmemorar el Día Internacional de las Mujeres. Un 8 de marzo de actividades, manifestaciones y declaraciones institucionales que han ocupado los grandes titulares en los medios: “Debemos empoderar a las mujeres, (...) mantener y potenciar acciones positivas que permitan a la mujer desempeñar puestos de decisión, no sólo en el ámbito político sino especialmente en otros como el social, económico y financiero”. Así se proclama en la declaración del Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía de este año. Pero la mujer sigue estrellando sus aspiraciones contra el “techo de cristal”. La Entidad de la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer demuestra que Ella está insuficientemente representada en puestos con responsabilidad de toma de decisiones y en campos como la ciencia y la tecnología. Las mujeres ocupan menos puestos de responsabilidad que los hombres. Paradójicamente, contamos con más universitarias, con mejores notas que los hombres, más preparadas y con mayor participación en acciones formativas.
Más alumnas, más profesoras
Miremos a nuestro alrededor y, por un instante, guardemos debajo del pupitre los grandes estudios. Somos veintisiete los participantes del XXI Diploma de Especialización en Gestión Sanitaria, la mayoría absoluta reposa en ellas: el 55,5 por ciento. Subamos escalones y echemos un vistazo al nivel de participación del alumnado en la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP). Casi siete de cada diez participantes han sido mujeres, desde 2011 hasta 2015. Las memorias anuales de la EASP registran, en ese periodo, tan sólo una representación media del 32 por ciento de hombres.
El personal de la Escuela se caracteriza por una fuerte representación de femenina. En la dirección se cumple la paridad, dos hombres y tres mujeres. Las coordinación de las áreas de conocimiento está en manos de ellas, tres a uno. Es en las secretarías y el profesorado y equipo técnico donde el peso femenino es aplastante. Ocho de cada diez secretarías están en manos de mujeres, aunque la dirección corresponde a un varón. Y el 68 por ciento son profesoras. Sí son más los profesores asociados que profesoras; sólo tres de cada diez son asociadas.
La Dirección, en masculino
El cerebro y el sistema nervioso del Sistema de Salud Público de Andalucía se escriben en masculino. Son los hombres quienes ocupan los puestos de responsabilidad de las direcciones gerencias de los hospitales, las agencias y las áreas de gestión; a pesar de que, desde el punto de vista académico y formativo, es la mujer quien lidera estos ámbitos. El sesenta por ciento de esos puestos corresponden a los hombres. Al mando de los hospitales públicos andaluces más importantes están hombres, dieciséis de los veinticinco. Número que aumenta en las agencias públicas sanitarias, donde son el setenta y cinco por ciento (sólo una de las cuatro agencias la dirige una mujer). Y es en niveles más inferiores, las áreas de gestión sanitaria, donde las mujeres van ganando terreno con el cincuenta por ciento de los puestos.
Lo que son las cosas. El setenta por ciento del alumnado de la EASP es femenino; casi siete de cada diez profesores de la Escuela son mujeres; y sin embargo, siete de cada diez grandes hospitales está en manos del hombre. El Instituto Andaluz de la Mujer ha suscrito con la EASP un convenio de colaboración para realizar de manera conjunta actividades para promover la perspectiva de género en el ámbito de la salud pública. Incluye el desarrollo de acciones formativas en género dirigidas a profesionales de salud y bienestar, a personal científico y a la ciudadanía en general.
Me agarro a esa esperanza de la Igualdad de género que ofrece ese acuerdo, para destruir ese muro de cemento que impide avanzar muy tímidamente. Traduzcamos entre todos y todas la realidad natural en realidad estadística. Por salud, por justicia.
(Imagen: www.minuto30.com)
Muy actual el tema tratado.
ResponderEliminarEs cierto que la información desmedida puede influir muy negativamente en la percepción del proceso de enfermedad del paciente y su familia, pero lo inteligente sería reconocer su poder, y como bien dices, orientarlos hacia fuentes de información fiables, donde puedan saciar sus necesidades y dudas.
Uno de mis post va muy en la línea de este tema, que considero es crucial en la forma de abordar la información que los profesionales sanitarios damos a nuestros pacientes, y es el momento- incluso vamos tarde- de replantear cómo afrontar los problemas derivados de la sobre-información.
Ardua tarea...
La igualdad entre hombres y mujeres en el ámbito laboral. Desde mi punto de vista y mi experiencia profesional, no he sentido ningun tipo de desigualdad frente a mis compañeros ni incluso cuando fui tomando puestos de responsabilidad.
ResponderEliminarComparto la necesidad de establecer medidas que deben de ser impuestas para poder tener el derecho de acceder a los puestos directivos, con el objetivo de alcanzar la igualdad, teniendo en cuenta que la igualdad es "igualdad para los iguales", es decir, poder tener acceso a mismo puestos siempre y cuando se tenga la misma formación.
Esta igualdad solo se conseguirá cuando se valoren a los candidatos por el DNI. Adicionalmente, me gustaria manifestar mi descoformidad con alguna normativa por la que se exige que el número de hombres y mujeres debe de ser el mismo (por ejemplo en las mesas de contratación), estas medidas carecen de sentido. Lo importante no es que el número sea el mismo, lo importante es establecer medidas que permitan que el acceso a los puestos directivos se realice de la forma más imparcial posible y valorando exclusivamente la actividad profesional, sin tener más datos personales que el DNI de los candidatos.
Los puestos directivos deberian de ser ocupados por los mejores con independencia de si son hombres o mujeres.