INFLUENCIA DE LAS NUEVAS
TECNOLOGÍAS EN LA RELACIÓN MÉDICO PACIENTE.
Desde la explosión de las tecnologías, como
en otros sectores, éstas se han ido incorporando al ámbito de la salud:
telemedicina, cita electrónica, telecirugía, telecuidados, biblioteca virtual
de salud… Esto influye en la relación médico paciente.
En los últimos
años ha tomado relevancia la participación ciudadana en salud. Esto ha
supuesto una nueva forma de entender la relación médico-paciente y ha llevado a orientar hacia ello la
organización de las políticas sanitarias. Las nuevas tecnologías, y sobretodo
internet, se convierten en un aliado a la hora de fomentar y facilitar la participación del paciente en
el control de su propia salud, aumentando la accesibilidad y, por lo tanto la
calidad de la asistencia percibida, tanto por el paciente como por los
profesionales.
El paciente
adquiere un nuevo rol, es un paciente que se preocupa por su propia salud y
adquiere conocimientos en pos de un mejor autocuidado, es un paciente experto,
un paciente activo, en un contexto de explosión de nuevas tecnologías, TIC que
nos llevan a la salud electrónica, o e-salud o salud 2.0 que favorecerán este
nuevo rol.
El uso de
internet por parte del paciente para obtener información de salud seguirá
incrementándose, esencial que sea una información fiable, exenta de riesgos,
que no ponga en juego la seguridad clínica. El paciente debe ser debidamente
aconsejado al respecto por los profesionales sanitarios, son estos aunque a
veces escépticos, realizan prescripciones
web a los pacientes. Debemos
conocer el punto de vista que los ciudadanos tienen sobre estas
tecnologías, para reorientar nuestras acciones, sobretodo en áreas de
atención donde tenemos una población envejecida, supuestamente con más
dificultad de acceso a internet y algunas de sus herramientas como el correo
electrónico o la cita digital.
Debemos
aprovechar las nuevas tecnologías como aliado de fomentar la autonomía y la
participación del paciente experto. El profesional sanitario favorecerá el buen
uso y conocer la opinión que los ciudadanos tienen al respecto de debe servir
para cambiar nuestros modelos de gestión.
JOSEDA
ALFONSO.
Hola, quiero aportar a la reflexión este enlace de cinco casos interesantes: http://saludconectada.com/ejemplos-salud-digital/
ResponderEliminarMuy bien resumido Joseda, muchos piensan que el empoderamiento de los pacientes gracias a la tecnología ha hecho al personal sanitario perder un poco la batuta de la sanidad, pero pienso que ni mucho menos, todo lo contrario, les obliga a coger las riendas. El centro del sistema de salud no es el personal sanitario ni los centros sanitarios, es el paciente. Sin embargo, muchas veces está confuso con la cantidad de información que le llega de todas partes y necesita alguien que vuelva a darle sentido y coherencia sin caer en paternalismos, por lo que se les acumula el trabajo al personal sanitario.
ResponderEliminarDe acuerdo con todos los comentarios. Pero he de hacer alguna matización, que aunque se que es compartida por todos vosotros, no deja de ser importante mencionar: el contacto directo con el paciente, la comunicación cara a cara: la entrevista con el usuario es la base de la confianza del paciente en el profesional y en el sistema. Es fundamental para la calidad percibida por el usuario. Influye en su recuperación.
ResponderEliminarA mi juicio debe fundamentarse en dos pilares (en los que las nuevas tecnologías por ahora, deben estar al margen):
1. Conversación exploratoria en la que se acoge al paciente y se delimitan sus expectativas y las de su entorno
2. Entrevista resolutiva, en la que primero se informa al paciente y posteriormente, se “negocian” las posibles soluciones.
El profesional debe evaluar la situación de forma objetiva (no solo “sufrirla”) y su implicación emocional (inevitable) debe ser positiva. Es posible que a veces se pueda modificar un entorno (burocracia, esperas…) que facilita el conflicto (si no se puede, es útil manifestar comprensión ante el usuario). Se debe demostrar que se está centrado en el paciente, evitando traslucir prisa, cansancio o hartazgo. Facilitar la continuidad asistencial, demostrar conocimiento de la historia del paciente y fijar objetivos progresivos y asumibles. Mostrar interés sincero en la resolución de sus quejas.
A partir de aquí... todas las nuevas tecnologías serán útiles y bienvenidas.