domingo, 5 de febrero de 2017

DIRECTIVOS SIN FORMACIÓN: NO, GRACIAS


Os lanzo algunas cuestiones que me revolotean en la cabeza cuando pienso en la decisión de formarse en gestión sanitaria: ¿Quién desea (con la que está cayendo) formarse en gestión sanitaria? ¿Qué es formación en gestión sanitaria? ¿Por qué ese deseo en recibir formación en gestión sanitaria? ¿Para qué quiere un profesional emprender un nuevo camino en formación sobre la gestión de la organización en la que presta sus servicios? ¿Cuándo decidir dar ese paso hacia la formación en gestión sanitaria? ¿Cómo emprender esa nueva formación?
La incorporación de nuevos directivos al sector sanitario requiere la adaptación de su experiencia y de sus conocimientos académicos y profesionales a la compleja y cambiante realidad de los servicios sanitarios españoles a través de una formación específica que consiga sistematizar su complejidad, incorporar las mejores prácticas directivas y aplicarlas a la producción de intervenciones que mejoren o conserven la salud de los usuarios.
Heráclito ya dijo que “no hay nada permanente en la vida, excepto el cambio”. Sin embargo, muchas son las organizaciones que no llegan a reconocer los cambios inevitables que se están produciendo a su alrededor. El adormilamiento se refleja en que tienden a sentirse satisfechas de sí mismas, dejan de prestar atención a las cambiantes condiciones del mercado y a las variables necesidades de los usuarios. En estas condiciones, es poco probable que se estimule la formación. Si se aprendiera más de los fracasos que de los éxitos, los directivos serían más propensos a arriesgar, ya que, obviamente, si no se intenta nada nunca se fracasa.
Desafortunadamente, no pocas veces los cambios se imponen, con lo que se desatan temores como: a lo desconocido, a la pérdida de posición, a la pérdida de autoridad y responsabilidad, a la pérdida de las buenas condiciones de trabajo, a la pérdida de la seguridad en el puesto…, siendo estos temores mayores en las estructuras directivas, donde el cambio puede ser interpretado como una condena al actual liderazgo y la amenaza de una redistribución de poder.
Es obvio que el cambio jamás se produce sin penalidades. De hecho, suele ser el sufrimiento la chispa que enciende el motor que pone en marcha el proceso de cambio. Muy pocas personas y organizaciones cambian cuando las cosas van bien. “Si funciona, para qué tocarlo”, solemos escuchar. Sin embargo, buscar el cambio preventivamente, antes de que sea demasiado tarde, es el reto de los emprendedores.
La necesidad de desarrollar un esfuerzo de formación complementaria de los directivos considerando minuciosamente los contextos y adaptando contenidos a la realidad existente, facilitaría las mejoras de gestión de los centros sanitarios en sus aspectos esenciales. Si tomamos la cita del escritor francés, Anatole France (1844-1924), podríamos decir que si “El futuro está oculto detrás de los hombres que lo hacen”, en la entrada que hoy os hago, “el futuro de los hospitales está oculto detrás de los profesionales que a día de hoy trabajan en ellos”.

La evidencia debe estar en la base de todas las decisiones, no sólo en las médicas. Cuando se quiere dirigir y están en juego recursos (¿cuándo no?) significativos, la racionalidad y la evidencia en que se basan las decisiones se transmite mejor con instrumentos de gestión. Para ellas, hay que formarse, así que os invito a que probéis a responder de corazón las preguntas que os he lanzado en el inicio de esta entrada. Ánimo, os puede sorprender vuestras respuestas.

1 comentario:

  1. Muy interesante, Montse. Las preguntas que nos lanzas son sencillas, pero difíciles de responder con máximo acierto, al menos para mí. Son muchas las ofertas formativas que incluyen la palabra gestión como el anzuelo mágico para aprender a obtener esta competencia en el ámbito sanitario y me parece que sería interesantísimo conocer cómo ayudan realmente a alcanzar el impacto en cada organización. Me ha gustado mucho tu post, enhorabuena.

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