miércoles, 8 de febrero de 2017

Gestión Economía y Gestión Sanitaria ¿EQUILIBRIO?

Gestión Economía y Gestión Sanitaria
¿EQUILIBRIO?

En el desarrollo de nuestra actividad es una cuestión que se nos plantea de forma reiterada sobretodo en el entorno actual en el que cada día la limitación de los recursos económicos nos lleva plantear los límites en términos de eficiencia, cuando tomamos algún tipo de decisión en el ámbito sanitario.
En relación, con esta cuestión sería conveniente remitirnos a algunas definiciones de conceptos relacionados con la economia, con la gestión y con la sanidad. Destacamos las siguientes definiciones:
·         Economía de la Salud: Disciplina que se ocupa de la aplicación de los principios y normas de la economía al ámbito de la salud. En términos generales, consiste en el análisis y la evaluación de la política sanitaria y del sistema sanitario desde una perspectiva económica. En concreto, incluye la planificación del sistema sanitario, el conocimiento de los mecanismos de mercado, la demanda y la oferta de servicios sanitarios, la evaluación microeconómica de los procedimientos diagnósticos y terapéuticos individuales, los determinantes de la salud y su valoración, y la evaluación del rendimiento de los sistemas sanitarios en términos de equidad y de eficiencia en la asignación de los recursos
·         Gestión sanitaria: Aplicación sistemática de toda la gama de recursos humanos, técnicos y económicos del sistema sanitario mediante la planificación, organización, dirección y control del trabajo de los miembros del sistema para conseguir los objetivos establecidos y prestar el servicio óptimo con el coste económico mínimo. Los gestores sanitarios alcanzan los objetivos establecidos dirigiendo e influyendo en sus subordinados y organizándolos para que realicen las tareas esenciales que garantizan que el sistema se está moviendo en la dirección adecuada para alcanzar su objetivo de mejorar la salud.
·         Política sanitaria: Conjunto de decisiones o compromisos para establecer iniciativas que permitan alcanzar los objetivos definidos en la mejora de la salud. La normativa sanitaria indica de manera explícita o implícita los valores que subyacen a la posición política. También puede especificar el origen de los fondos económicos que se van a aplicar a la planificación e implementación de la política sanitaria en las instituciones más relevantes implicadas en el proceso.
En las definiciones podemos destacar, los siguientes términos;  politicas (decisiones), recursos humanos (profesionales, usuarios, etc), técnicos (medios materiales utilizados) y económicos. Todos estos elementos con una finalidad clara que es; “ garantizar la salud”.
Aún cuando, en hemos conocido la existencia de determinadas técnicas que nos permiten la toma de decisiones en base a determinados indicadores, cuya finalidad es maximizar los resultados sanitarios intentando a su vez maximizar la eficiencia en la decisión adoptada. Las técnicas de análisis existentes son: análisis de minización de los costes (AMC), análisis coste-efectividad (ACE), análisis a coste-utilidad (ACU), análisis coste-benificio (ACB).
Las aplicación de las mismas en el entorno actual resulta complejo, ya que en la mayoría de las ocasiones se toman decisiones a un nivel micro en la que se prioriza la economía o la salud en función del perfil profesional del responsable en la toma de la decisiones.
Por ello, plantear la posibilidad de que en las direcciones existan una mezcla de perfiles profesionales, quizás nos permitiría la toma de decisiones teniendo cuenta muchos aspectos que por nuestra formación profesional tendemos a obviar y no tener en cuenta. Esta mezcla quizás nos permitiría obtener un equilibrio entre la eficiencia (recursos económicos) con la eficacia (resultados de sanidad

Las cuestiones que nos planteamos son los limites; ¿es válida la decisión que maximiza los resultados en términos sanitarios aún cuando desde el punto de vista económico implique una mayor cantidad de recursos económicos?, ¿es la mejor opción?. En definitiva, planteamos de nuevo la cuestión inicial ¿resultados sanitarios? Frente a ¿resultados económicos?, ¿es posible el equilibrio?

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